Lorena Gutiérrez, fotógrafa regiomontana, tiene una larga trayectoria que se centra en un tema fundamente: la sutileza del movimiento. Ex bailarina de ballet y flamenco, escaramuza charra y tenista, es una persona que se encuentra en constante flujo. Su amor por la fotografía nace desde pequeña, cuando recibe su primera cámara fotográfica de sus padres, fervientes amantes del arte.

Sus primeras obras consistían en retratos de la vida cotidiana y en familia, con el sueño de algún día llegar a ser corresponsal de National Geographic. En 1988 se gradúa de la carrera de Ciencias de la Comunicación en el ITESM e incursiona en el fotoperiodismo, como la primera mujer fotógrafa en el periódico El Norte, puesto que ocuparía hasta el año 1992. Después de un lapso de algunos ańos, en los que se dedicó de lleno a formar una familia, retoma su carrera profesional en el año 2010, cuando comienza con dos proyectos que serían céntrales en su carrera: la danza y la charrería.

A partir del 2017, Lorena se vuelve una de las fotógrafas más reconocidas en el ámbito de la charrería donde ha asistido a torneos estatales y congresos nacionales charros y de escaramuzas tanto en México como en Estados Unidos.

Ha colaborado en revistas, así como en el libro “Tapachula, puerta de entrada”. También ha participado en exposiciones colectivas, siendo la última “Mujeres Fotoperiodístas de Nuevo León”.

Actualmente trabaja para la agencia GGimages.

Para ella la fotografía es la magia de poder plasmar en una fracción de segundo el movimiento y las expresiones de los ejecutantes.